“Dormir es una inversión en la energía que necesitas para ser efectivo mañana.”
– Tom Roth
Octubre 2021|Serena Senior Care
El sueño se define como una parte integral de la vida cotidiana, es una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento durante el día. El sueño es un periodo de inconsciencia durante el cual el cerebro permanece activo ayudando a procesar nueva información y a mantenerse saludables. Con el paso de los años, los seres humanos experimentan cambios en su organismo, uno de esos cambios es la alteración del sueño que se produce con la edad, adquiriendo mayor dificultad para poder dormir.
Algunas consecuencias de no dormir bien pueden ser variadas, como menciona Juan Pareja Grande, el responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quironsalud de Madrid: “Dormir mal influye en la concentración y en la atención, así como en el estado de ánimo de una persona. Con el tiempo pueden desarrollar ansiedad y depresión. Del mismo modo, repercute también en el rendimiento escolar, laboral y social. Y, dependiendo del trastorno que se tenga, puede acarrear consecuencias importantes”.

No dormir lo suficiente puede afectar la liberación de las hormonas que ayudan a crear masa muscular, combatir infecciones y reparar células, además la falta de sueño es una de las mayores causas de accidentes frente al volante y laboralmente, debido a que el estado de alerta disminuye volviendo más propensos a quienes descuidan sus horas de sueño.
El sueño influye en la memoria, por lo que dormir adecuadamente es vital. Estudios del Dr. Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) asocian un buen descanso a una mayor capacidad de retener información, algo básico en los mayores, pero el dormir mal y poco no afecta solo a la memoria, sino que está demostrado que va más allá del malestar y somnolencia, porque puede llegar a enfermedades cardiacas o mentales como depresión o cambios repentinos de humor.

La Organización Mundial de la Salud destaca que para mantener un cuerpo saludable, las personas deben dormir entre 7 y 8 horas diarias, garantizando así una buena calidad de vida; en la tercera edad, dormir mal dificulta la concentración, genera irritabilidad y trastornos del ánimo, disminuyendo el rendimiento intelectual y físico.
Existe una práctica llamada ‘higiene del sueño’, que consiste en seguir ciertas recomendaciones creadas por la Asociación Mundial del Sueño que permiten asegurar un sueño más descansado y efectivo que promueva la maximización de las horas que la persona pase dormida, los cuales son:
1. Establecer un horario regular para irse a dormir y despertarse.
2. No exceder los 45 minutos de siestas durante el día.
3. Evitar la ingesta de alcohol 4 horas antes de acostarse y no fumar.
4. Evitar consumir café, té, refrescos y chocolate 6 horas antes de acostarse.
5. Evitar los alimentos pesados, picantes o azucarados 4 horas antes de acostarse.
6. Hacer ejercicio regularmente, pero no antes de acostarse.
7. Usar ropa de cama cómoda.
8. Mantener la habitación bien ventilada.
9. Bloquear el ruido y eliminar la mayor cantidad de luz posible.
10. Reservar la cama para dormir exclusivamente.
El conocimiento y la concientización sobre el sueño de los adultos mayores es determinante para su descanso, por lo que los cuidadores deben estar pendientes de seguir las recomendaciones y asegurar una adecuada higiene del sueño.
Fotos tomadas de internet.
Lidia Villegas, Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la U.A.B.C.
Servicio al Cliente Excepcional en Serena Senior Care
Bibliografía:
maiposalud.cl
www.news-medical.net/health
cuidateplus.marca.com
www.geriatricarea.com
worldsleepsociety.org